top of page
Proyecto: BODEGA ZUCCARDI
Bodega Valle de Uco
Obra Construida
Ubicación: Finca Piedra Infinita, Altamira, San Carlos, Mza-Arg. 
Año: 2.013 - 2.016
Equipo de Trabajo:
Estudio de Arquitectura "MH+A"  
Ante-proyecto:
+ Arq. Fernando Raganato
Proyecto Ejecutivo:
+ Arq. Hughes Tom
+ Arq. Mora Eugenia
Colaboradores:
+ Arq. Alcaraz Andrés
+ Arq. Raggio Vanina

Bodega "Zuccardi" Valle de Uco, la obra es un “TODO” que invita a ser descubierta y que debe comprenderse a través de su recorrido.

Desde la aproximación a los altos e imponentes muros exteriores, posteriormente penetrando en su interior, descubriendodiferentes situaciones emocionales y espaciales: juegos de luz, cambio de temperatura, silencio y ecos, permiten a los visitantes enfrentar, el proceso enológico y verse seducidos por la atrapante fantasía y mística del vino.
El proyecto consiste en una Bodega de vinos de alta gama, desarrollado en el Paraje Altamira, departamento de San Carlos, a 130 km al sur de la ciudad de Mendoza, en el corazón del Valle de Uco al pie de la Cordillera de los Andes. Dicha zona posee excelentes condiciones para el cultivo de la vid que conjugadas con el espectacular entorno natural, considerado como una excelente y pequeña zona vitivinícola de nivel mundial.
La propuesta arquitectónica respondió a dos requerimientos esenciales; en primer lugar, un edificio funcional que responde a las necesidades planteadas desde lo agronómico y lo enológico, con la rigurosidad y exigencias que requiere un proceso de vinificación de primer nivel. En segundo lugar, el aspecto turístico donde el visitante adquiere un rol protagónico, sumado al imponente paisaje, juega un papel fundamental que permite que todo sea posible.
La Bodega, se inspira y homenajea a la Cordillera austera y solemne, que define tanto el clima como los suelos de la región. La construcción emerge de la tierra y es parte de la montaña, buscando una integración y equilibrio visual que no afecte el paisaje.
Desde lo productivo, la bodega se estructura mediante un fuerte eje central que vincula todas las áreas operativas, emplazándose en tres niveles; en el subsuelo se encuentran las piletas de guarda, en planta baja todo el proceso productivo y en planta alta laboratorio, administración y pasarelas de tanques.
La distribución del proceso productivo es en forma de “U” y se organiza alrededor de una gran explanada central que permite un funcionamiento muy cómodo y ágil, al resguardo de las distintas condiciones climáticas.
La bodega está resuelta casi en su totalidad en hormigón armado a la vista, explorando distintos acabados de terminación. Grandes taludes de hormigón ciclópeo hidrolavado, con áridos y piedra nativa, emergen del terreno con potencia tectónica, volúmenes pesados y robustos marcan la impronta de cuerpos que emergen mostrando las características del suelo como forma de expresión de la identidad buscada. Se priorizó la utilización de la mayor cantidad de elementos del lugar, piedras de la zona, arena y agua del mismo río Tunuyán, y recursos humanos y mano de obra local.
Entre los macizos estructurales emerge una cúpula metálica, representación de lo universal eterno, la cúpula realza las condiciones del lugar, reflejando el sol y el cielo en los diferentes momentos de luz que atraviesa la montaña y el paisaje durante el día. En su interior, corona una sucesión de espacios de guarda y degustación de vinos, una suerte de testigo del tiempo y proyección al futuro. 
Sensibles obras de arte complementan la Obra, la puerta de ingreso, realizada por el artista mendocino “Roberto Rosas” contiene a la flora y fauna del a zona y que representa la vida que encierra la bodega. Y bajo la cúpula, suspendida en el aire, una obra de metal del artista “Guillermo Rigattieri” representa la semilla, origen y futuro.
La nave principal aflora de la tierra dejando al descubierto piletas de forma troncocónica resultado de años de experimentación. Realizadas en hormigón premoldeado, todo el conjunto interior, envolvente y equipamiento resuelto del mismo material confieren un aspecto homogéneo, donde estratégicas líneas de luz bañan las paredes de suave y agradable iluminación natural, dejando al descubierto las piletas y el espacio como una suerte de caverna donde las vasijas siempre estuvieron ahí y solamente se pusieron al descubierto. La idea es transmitir, que la bodega es una extensión del viñedo.

bottom of page